sábado, 12 de enero de 2008

Presentación



Libros de cabecera, libros que nos gustan, que nos dan que pensar, que han llegado a cambiar nuestro planteamiento vital, que han contribuido a formar nuestra personalidad... La lista puede resultar interminable. Desde aquellas primeras lecturas de Poe, Lovecraft, Jack London o Julio Verne, hasta las actuales, más o menos serias, más o menos profundas, pero también cada vez más necesarias, más imprescindibles.
Es una lástima, amigos. Una vez adquirido el vicio de leer, esa funesta enfermedad degenerativa, es imposible encontrar curación. Da igual lo que intentemos, los centros de desintoxicación a los que acudamos (bingos, plazas de toros, platós de televisión...), la ayuda familiar, la de los amigos...El lector compulsivo ejerce su triste actividad donde sea, como sea y de la forma que sea. Si le quemamos los libros, leerá revistas, y si estas también desaparecen de su alcance, leerá hasta la letra pequeña de los anuncios colocados en las paradas de autobuses. Creedme: no hay solución.

¿No os ha pasado estar en una reunión de amigos, o en una cena familiar, o incluso en el cine, o en el trabajo, y estar deseando llegar a casa para haceros uno, fundiros con vuestro sillón favorito, calaros las gafas los que paséis de los cuarenta, y zambulliros sin ninguna protección en ese libro que tenéis entre las manos?. ¿No habeis leído a veces hasta que ya no podíais más, hasta que os dolía la cabeza, o los ojos, o la abuela golpeaba la puerta de la habitación creyendo que habíais muerto?. Esos síntomas son los que demuestran que algo va mal, que se ha producido en vuestro desquiciado cerebro ese desajuste que lleva a la locura, a ese pozo tenebroso del que jamás se sale con cordura. Es una pena, amigos, pero en ese momento, vuestra vida se habrá despeñado por una pendiente cada vez más pronunciada, hasta llegar al auténtico infierno.
Os convertireis en unos libroadictos, en unos insociables, en unos impresentables, de dedos amarillentos (a fuerza de pasar hojas), en unos Gollum incapaces de percibir otro estímulo que no sea la letra impresa en cualquiera de sus manifestaciones, y entonces... Entonces conocereis a otros seres tan patéticos como vosotros, tan parecidos, tan tristes...E intercambiaréis títulos, experiencias, noches de insomnio, comentarios, reseñas... Elementos nefastos, en definitiva, encaminados a incrustar aún más si cabe en vuestra alma ese terrible vicio de la lectura.

No pretendo nada más que comentar aquellos libros que más me han gustado. Compartir con vosotros, para exorcizar, si cabe, esos fantasmas que me han acompañado a lo largo de mi existencia. Empecé a leer con catorce años, básicamente los autores que he colocado más arriba. Siempre he acariciado la idea de tratar de expresar lo que esas lecturas, y las posteriores, han significado para mi. No tengo una lista preconcebida de libros, y ni siquiera una idea de los derroteros por los que va a discurrir esto. Creo que me gustaría mezclar un poco, alternar lecturas modernas con lecturas pasadas, libros de más o menos actualidad (aunque reconozco que no soy nada asiduo a comprar o leer últimas novedades) con verdaderas joyas que leí en mi adolescencia y juventud.

Ni siquiera tengo clara, como casi nunca, la manera en la que enfocar el comentario. No va a ser erudito, ni exhaustivo ni, mucho menos, en plan tesis. Me limitaré a colocar impresiones, como hago en mi otro blog dedicado más o menos al cine. Y a veces, incluso, ni eso. Prefiero que los libros hablen por si mismos, y copiaré, literalmente, aquellos pasajes que me hayan impactado. Directamente, sin añadir ningún comentario por mi parte. Siguiendo un poco la máxima de que, si lo que tienes que decir no es más bello que el silencio (en este caso, más bello que lo escrito por otro), más vale que no digas nada.

Tengo unos cuantos libros en la recámara, que son los que han motivado la creación de este blog (lo siento, amigos, pero desde que he descubierto blogger estoy imparable). Probablemente empezaré por ellos, pero me gustaría que los que hayais leido esta presentación también me hicierais alguna sugerencia, que comentarais los libros que más os han marcado en algún momento de vuestra vida. Os sorprendería si os dijera la hora de la madrugada a la que ha terminado a veces una conversación mía con un perfecto desconocido aquejado también de esta terrible enfermedad. Una de las terribles secuelas de esta enfermedad es el placer que se siente al compartirla con otro enfermo. No hay nada mejor que conversar sobre literatura.

No quiero extenderme más. Valga como presentación esta especie de declaración de intenciones. Es muy probable que el primer libro que cuelgue sea "El laberinto español", de Gerald Brenan. No me queda más que saludaros, y desearos que sobrelleveis esta lacra con la entereza y la resignación que nos caracteriza.

Un fuerte abrazo, amigos.

4 comentarios:

Víctor Hugo Escalante Razo dijo...

Bueno, Felixon, aparte del vicio de leer, ahora has adquirido el vicio de bloguear. Quiero ver cómo vas a atacar el comentario literario, porque, para serte honesto, yo aún no descubro una forma adecuada de hacerlo. De todos los onanismos, quizá el más difícil de justificar sea el literario, porque ¿cómo explicarle a alguien más los elementos que permiten la conexión con un autor? Por ejemplo, a García Lorca lo adoro por su lenguaje, pero a Lizalde por su contenido. ¿Cómo decirte lo que siento con uno y que no hallo en el otro, y sin embargo ponerlos en el mismo escalón de mis preferencias?

FELIX JAIME dijo...

¿Qué sientes cuando lees a Lorca?. ¿sueñas, dejas el libro y repites sus versos, cierras los ojos, te late el corazón más deprisa, te entran ganas de cojer la pluma y ponerte a escribir con desesperación?.

¿Que sientes cuando lees a Lizalde?. ¿Envidia ante la agudeza de su estilo, ante el tema que ha elegido, ante su ironía o su sabiduría?. ¿Admiración?. ¿Deseo de igualarle algún día?.

En definitiva, amigo Víctor Hugo, ¿que sientes cuando lees?. Es jodido reflejarlo en un papel, pero voy a intentarlo, ¿Recuerdas esa sensación de estar soñando dspierto de tus primeras lecturas?. Ojalá volver a eso, ¿no?. Vamos a intentarlo.

Además lo tengo fácil. Un libro habla por sí mismo. Copiaré aquellos fragmentos que más me hayan impacatdo de una u otra forma.

No sabes lo que me alegro de que el primer comentario a esta aventura lo hayas escrito tu, amigo. Un verdadero honor. Intentaré estar a la altura para ganarme tu asiduidad, y ya sabes que admito sugerencias.

elizq dijo...

He hecho una visita acelerada por todos (casi) tus blogs, muy interesantes.
Los libros son mi debilidad, por eso he elegido este para dejarte un mensaje.
Gracias otra vez por las instrucciones de uso de esnips.

Anónimo dijo...

Vale, pero sigo sin conocer la dirección de tu blog.

Un saludo