sábado, 17 de noviembre de 2012

"Cuentos pacientes", de Goizeder Lamariano



Título: Cuentos pacientes
Autora: Goizeder Lamariano Martín
Editorial: Círculo Rojo
Año de publicación: 2012
Páginas: 146
ISBN: 9788490301876
Precio: 12,95 euros
 
Cuando Goizeder me habló de su libro, días antes de la presentación en la librería LE, lo primero que me atrajo, y se lo comenté, fue la portada. Una fotografía magnífica. De José Luis Ollo, en la que vemos a un hombre de espaldas, en penumbra, con una maleta, en el casco antiguo que pertenece a Pamplona, pero que nos recuerda, o a mí me sucedió al menos, el casco antiguo de cualquier ciudad. No se sabe si el hombre sale de la ciudad o llega a ella (esto lo dijo David Pérez, que junto con Marcelo Luján acompañó a Goizeder en la presentación), lo que hace la imagen aún más sugerente. Decidí que quería conocer ese libro.
Así que acudí a la presentación del libro en la librería LE, la antigua y mítica librería Crisol. Lo primero que me sorprendió de Goizeder fue su juventud. La imagen que tenía de ella venía de una fotografía de perfil que creo que no le hace nada de justicia. Después, su forma de hablar, calmada, nada nerviosa, relajada y sabiendo de lo que hablaba. Me resultó curioso que dijera que había dudado mucho de la calidad de sus cuentos antes de sacarlos a la luz. Yo ya tenía el libro, y comencé a leer. El primer cuento, “Caramelos de menta”, lo devoré allí mismo. La calidad era muy buena.
Recuerdo un detalle que me llamó la atención. Había bastantes personas en la presentación, muchos de ellos, seguramente, parientes cercanos de Goizeder. A medida que ella hablaba y contaba alguna anécdota, y sobre todo cuando leyó el primer cuento, que era precisamente el que yo había leído, muchas de esas personas asentían sonriendo con la cabeza, lo que denotaba que lo que escribe Goizeder está escrito desde el corazón, con una imaginación portentosa, pero también desde el recuerdo, desde las propias vivencias. Me agradó mucho comprobar que para aquellas personas lo que escribe Goizeder es algo más que un ejercicio de literatura: es un ejercicio de memoria vital.
El libro está estructurado en seis grandes bloques: “Cuentos de infancia”, “Cuentos pacientes”, “Cuentos eternos”, “Cuentos queridos”, “Cuentos de Alemania” y “Cuentos apasionados”. Todos los bloques están compuestos de cuatro cuentos, salvo el de “Cuentos de Alemania”, que sólo tiene uno (el más largo del libro) y el de “Cuentos eternos”, con seis. La esencia de cada bloque es única y diferente a la de los demás bloques. Va desde el realismo más sencillo y nostálgico de “Cuentos de infancia”, hasta la desatada y a veces siniestra imaginación de “Cuentos eternos”. Ningún cuento se parece al anterior. Todos son únicos, todos diferentes. Goizeder escribe como si realmente hubiera vivido la situación que describe en cada uno, aunque esta sea producto de su imaginación. Escribe además con un estilo ágil, ligero peo muy cuidado, que engancha desde la primera frase. Y consigue, con su forma de hacer, que al final de cada cuento uno suspire, orgulloso de haber leído lo que ha leído, y con unas ganas locas de sumergirse en el siguiente.
Los finales son sorprendentes, unos más cerrados que otros, pero jamás dejan indiferente a nadie. Todos los cuentos conseguían de una manera o de otra colocarme un nudo en la garganta. Cuando leí “El escondite”, en el coche, nada más salir de la presentación, recuperé como si la estuviera viviendo una situación que se había producido durante la infancia de mi hijo. Goizeder había conseguido, en ese segundo cuento, una obra maestra sacada de un suceso que, a los ojos de cualquiera, no habría significado absolutamente nada. Ella fue capaz de extraer la enorme carga de sentimientos que algo tan intrascendente puede causar en quien lo vive.
Ya no pude parar. Me fui a casa y seguí leyendo. Devoré el libro. Paladeé cada una de las historias. Acabé el bloque de “Cuentos de infancia” y abordé sin contemplaciones los “Cuentos pacientes”, los que dan nombre al libro, los que transcurren en un hospital, inspirados durante las visitas que Goizeder hizo a uno durante un periodo duro de su vida, en el que su padre estuvo enfermo. Disfruté con “El regalo”, me emocioné con “Francisco y Angelines”.
Sentí inquietud con todos los “Cuentos eternos” y esa visión, unas veces frívola, otras desasosegante y otras, incluso, humorísticas, de lo que nos espera al final. Los “Cuentos queridos” me emocionaron, sobre todo “El examen” y “Seiscientos meses”, por su enorme carga sentimental y emotiva. ¿Y qué decir de “El profesor español”, el único integrante de “Cuentos de Alemania”?  Goizeder hilvana perfectamente una historia que, con su carga de misterio, pero sobre todo de nostalgia y amistad, sería más que digna para ser llevada al cine. Resulta imposible, una vez que los has conocido, olvidar a Josefina, a Carmen, a Gunter y sobre todo a Don Ramón, el profesor de español que todos hubiéramos deseado tener en alguna ocasión.
Creo que es la primera vez que comprobaba el grosor de lo que me quedaba por leer, pero no con alegría, sino con la tristeza que me entraba ante lo poco que me quedaba por leer. Finalicé el bloque “Cuentos apasionados” con el mal sabor de boca que me había dejado “Licor de café” y la sonrisa que me había provocado “El sujetador”. No había más, aquello había acabado. Terminé con la sensación de que había leído algo importante, una colección de vivencias y ejercicios de imaginación inolvidables. Es un libro más que recomendable. Es imprescindible para todo aquel que, como es mi caso, disfruta de las distancias cortas. Es un ejercicio de literatura que dignifica el tan denostado género del cuento corto, tan injustamente tratado por editoriales y público en general. Agradezco a Goizeder el haberlo escrito y a la Editorial Círculo Rojo haberlo publicado.
Os pongo el enlace al Blog de Goizeder para que conozcáis más detalles del libro:
En la presentación, Goizeder dejó caer que está trabajando en un nuevo proyecto. Lo espero con impaciencia.  
 

9 comentarios:

Vivir, a sorbos, beso a beso hasta morir de felicidad dijo...

Sin duda, y leído lo escrito y sugerido por ti, amigo Felix, habrá que tener muy en cuenta este libro de cuentos y cómo no, a su autora en sus próximos proyectos. Muchas gracias por compartirlo, Felix. Un abrazo.

LAKY dijo...

Lo compré el jueves y en el autobús leí el primer cuento, que me gustó mucho.
Promete!

FELIX JAIME dijo...

Os va a encantar, Frank y Laky. !Gracias por los comentarios! Un abrazo

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Muchísimas gracias por esta reseña, me ha emocionado, me alegro muchísimo de que hayas disfrutado tanto con los 23 relatos de Cuentos pacientes. Un abrazo muy fuerte.

Jesús Martínez dijo...

Magnífica reseña de los cuentos de Goizeder. Sin duda, está cosechando muy buenas críticas, de lo que me alegro mucho. Espero poder disfrutar de sus relatos el próximo año. ¡Un saludo!

FELIX JAIME dijo...

No me tienes que dar las gracias, Goizeder. Al contrario, soy yo quien debe estarte agradecido por haberme hecho pasar tan buen rato con tu forma de escribir. !Un fuerte abrazo, y sigue escribiendo! No nos prives de tu imaginación.

Te encantará, Jesús. Una vez empezado el libro no se puede dejar hasta acabarlo del todo. Es adictivo. Un saludo, y gracias por el comentario.

Mela dijo...

Me ha gustado tanto la reseña que le has hecho a Goizeder que he tenido que hacerme seguidora tuya.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Preciosa reseña, Goizeder es un encanto y va a tener mucha suerte con su libro.
Un saludo.

Anónimo dijo...

espero leerlos pronto, a mi también me ha gustado mucho la portada ;)