Título:
Cuentos pacientes
Autora:
Goizeder Lamariano Martín
Editorial: Círculo Rojo
Año de publicación: 2012
Páginas:
146
ISBN: 9788490301876
Precio: 12,95 euros
Precio: 12,95 euros
Cuando Goizeder me habló de su libro, días antes de la
presentación en la librería LE, lo primero que me atrajo, y se lo comenté, fue
la portada. Una fotografía magnífica. De José Luis Ollo, en la que vemos a un
hombre de espaldas, en penumbra, con una maleta, en el casco antiguo que
pertenece a Pamplona, pero que nos recuerda, o a mí me sucedió al menos, el
casco antiguo de cualquier ciudad. No se sabe si el hombre sale de la ciudad o
llega a ella (esto lo dijo David Pérez, que junto con Marcelo Luján acompañó a Goizeder en
la presentación), lo que hace
la imagen aún más sugerente. Decidí que quería conocer ese libro.
Así que acudí a la presentación del libro en la librería LE,
la antigua y mítica librería Crisol. Lo primero que me sorprendió de Goizeder
fue su juventud. La imagen que tenía de ella venía de una fotografía de perfil
que creo que no le hace nada de justicia. Después, su forma de hablar, calmada,
nada nerviosa, relajada y sabiendo de lo que hablaba. Me resultó curioso que
dijera que había dudado mucho de la calidad de sus cuentos antes de sacarlos a
la luz. Yo ya tenía el libro, y comencé a leer. El primer cuento, “Caramelos de
menta”, lo devoré allí mismo. La calidad era muy buena.
Recuerdo un detalle que me llamó la atención. Había bastantes
personas en la presentación, muchos de ellos, seguramente, parientes cercanos
de Goizeder. A medida que ella hablaba y contaba alguna anécdota, y sobre todo
cuando leyó el primer cuento, que era precisamente el que yo había leído,
muchas de esas personas asentían sonriendo con la cabeza, lo que denotaba que
lo que escribe Goizeder está escrito desde el corazón, con una imaginación
portentosa, pero también desde el recuerdo, desde las propias vivencias. Me
agradó mucho comprobar que para aquellas personas lo que escribe Goizeder es
algo más que un ejercicio de literatura: es un ejercicio de memoria vital.
El libro está estructurado en seis grandes bloques: “Cuentos
de infancia”, “Cuentos pacientes”, “Cuentos eternos”, “Cuentos queridos”, “Cuentos
de Alemania” y “Cuentos apasionados”. Todos los bloques están compuestos de
cuatro cuentos, salvo el de “Cuentos de Alemania”, que sólo tiene uno (el más
largo del libro) y el de “Cuentos eternos”, con seis. La esencia de cada bloque
es única y diferente a la de los demás bloques. Va desde el realismo más
sencillo y nostálgico de “Cuentos de infancia”, hasta la desatada y a veces
siniestra imaginación de “Cuentos eternos”. Ningún cuento se parece al
anterior. Todos son únicos, todos diferentes. Goizeder escribe como si
realmente hubiera vivido la situación que describe en cada uno, aunque esta sea
producto de su imaginación. Escribe además con un estilo ágil, ligero peo muy
cuidado, que engancha desde la primera frase. Y consigue, con su forma de
hacer, que al final de cada cuento uno suspire, orgulloso de haber leído lo que
ha leído, y con unas ganas locas de sumergirse en el siguiente.
Los finales son sorprendentes, unos más cerrados que otros,
pero jamás dejan indiferente a nadie. Todos los cuentos conseguían de una
manera o de otra colocarme un nudo en la garganta. Cuando leí “El escondite”,
en el coche, nada más salir de la presentación, recuperé como si la estuviera
viviendo una situación que se había producido durante la infancia de mi hijo.
Goizeder había conseguido, en ese segundo cuento, una obra maestra sacada de un
suceso que, a los ojos de cualquiera, no habría significado absolutamente nada.
Ella fue capaz de extraer la enorme carga de sentimientos que algo tan
intrascendente puede causar en quien lo vive.
Ya no pude parar. Me fui a casa y seguí leyendo. Devoré el
libro. Paladeé cada una de las historias. Acabé el bloque de “Cuentos de
infancia” y abordé sin contemplaciones los “Cuentos pacientes”, los que dan
nombre al libro, los que transcurren en un hospital, inspirados durante las
visitas que Goizeder hizo a uno durante un periodo duro de su vida, en el que
su padre estuvo enfermo. Disfruté con “El regalo”, me emocioné con “Francisco y
Angelines”.
Sentí inquietud con todos los “Cuentos eternos” y esa
visión, unas veces frívola, otras desasosegante y otras, incluso, humorísticas,
de lo que nos espera al final. Los “Cuentos queridos” me emocionaron, sobre
todo “El examen” y “Seiscientos meses”, por su enorme carga sentimental y
emotiva. ¿Y qué decir de “El profesor español”, el único integrante de “Cuentos
de Alemania”? Goizeder hilvana
perfectamente una historia que, con su carga de misterio, pero sobre todo de
nostalgia y amistad, sería más que digna para ser llevada al cine. Resulta
imposible, una vez que los has conocido, olvidar a Josefina, a Carmen, a Gunter
y sobre todo a Don Ramón, el profesor de español que todos hubiéramos deseado
tener en alguna ocasión.
Creo que es la primera vez que comprobaba el grosor de lo
que me quedaba por leer, pero no con alegría, sino con la tristeza que me
entraba ante lo poco que me quedaba por leer. Finalicé el bloque “Cuentos
apasionados” con el mal sabor de boca que me había dejado “Licor de café” y la
sonrisa que me había provocado “El sujetador”. No había más, aquello había
acabado. Terminé con la sensación de que había leído algo importante, una
colección de vivencias y ejercicios de imaginación inolvidables. Es un libro
más que recomendable. Es imprescindible para todo aquel que, como es mi caso,
disfruta de las distancias cortas. Es un ejercicio de literatura que dignifica
el tan denostado género del cuento corto, tan injustamente tratado por
editoriales y público en general. Agradezco a Goizeder el haberlo escrito y a
la Editorial Círculo Rojo haberlo publicado.
Os pongo el enlace al Blog de Goizeder para que conozcáis más
detalles del libro:
En la presentación, Goizeder dejó caer que está trabajando
en un nuevo proyecto. Lo espero con impaciencia.
9 comentarios:
Sin duda, y leído lo escrito y sugerido por ti, amigo Felix, habrá que tener muy en cuenta este libro de cuentos y cómo no, a su autora en sus próximos proyectos. Muchas gracias por compartirlo, Felix. Un abrazo.
Lo compré el jueves y en el autobús leí el primer cuento, que me gustó mucho.
Promete!
Os va a encantar, Frank y Laky. !Gracias por los comentarios! Un abrazo
Muchísimas gracias por esta reseña, me ha emocionado, me alegro muchísimo de que hayas disfrutado tanto con los 23 relatos de Cuentos pacientes. Un abrazo muy fuerte.
Magnífica reseña de los cuentos de Goizeder. Sin duda, está cosechando muy buenas críticas, de lo que me alegro mucho. Espero poder disfrutar de sus relatos el próximo año. ¡Un saludo!
No me tienes que dar las gracias, Goizeder. Al contrario, soy yo quien debe estarte agradecido por haberme hecho pasar tan buen rato con tu forma de escribir. !Un fuerte abrazo, y sigue escribiendo! No nos prives de tu imaginación.
Te encantará, Jesús. Una vez empezado el libro no se puede dejar hasta acabarlo del todo. Es adictivo. Un saludo, y gracias por el comentario.
Me ha gustado tanto la reseña que le has hecho a Goizeder que he tenido que hacerme seguidora tuya.
Un abrazo.
Preciosa reseña, Goizeder es un encanto y va a tener mucha suerte con su libro.
Un saludo.
espero leerlos pronto, a mi también me ha gustado mucho la portada ;)
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